viernes, 5 de agosto de 2011

Modelo de cantera

La cantera del Celta hace años que está trabajándose bien. Prueba de ello ha sido la cantidad de jugadores que han subido al primer equipo y los buenos resultados que está cosechando el filial en Segunda B.



Analizando el modelo de funcionamiento del filial vemos que sigue unas pautas que se asemejan mucho al que lleva utilizando el Barça en su cantera en los últimos años con mucho éxito.

¿Y en qué se basa este modelo del Barça? T
omando como referencia el artículo publicado en el Sport por el periodista Martí Perarnau "La Masía, como un laboratorio", fundamentalmente se sustenta en una serie de premisas. A saber:

- El guión del filial es formar jugadores para el primer equipo. El filial debe ser el proveedor oficial del primer equipo.

- El flujo de jugadores que suben al primer equipo debe ser continuado, no algo aislado o puntual.

- El filial debe ser un equipo más, que compita por conseguir el máximo en la categoría que milite.

- El filial debe tener una sana competencia interna. Quien se duerma perderá el sitio porque siempre hay otro dispues
to a ocuparlo, incluso jugadores del juvenil.

-
Se debe inculcar una cultura deportiva fundamentada en valores alejados del glamour o el pedigrí frívolo de pertenecer a un club profesional y formar parte de su cantera. Cada día, cada entrenamiento, cada charla se impregna de valores tales como esfuerzo, sacrificio, respeto, responsabilidad, humildad, rigor, profesionalidad, exigencia, ambición, solidaridad, constancia y generosidad.


Guiándose por estos principios
cada temporada se fijan unos objetivos para el equipo y se dota al mismo de la capacidad para competir pero al mismo tiempo manteniendo unas profundas raíces formativas. ¿Cómo se consigue esto? Con los llamados vertebradores y perlas.

Se divide a los jugadores en dos categorías:

- Los vertebradores.
- Las perlas.

Los primeros son los que "sujetan" al equipo
competitivamente, sin tener en cuenta su procedencia o si superan el promedio de edad del conjunto.

Son jugadores por lo general algo mayores a la media y por lo tanto más desarrollados y con experiencia competitiva.

Para que no frenen la progresi
ón de los más jóvenes, están ubicados estratégicamente por líneas para mantener la competitividad del equipo sin frenar la formación de las perlas, que son realmente los grandes valores de la cantera.

En el Barça estos jugadores han de tener com
o mínimo 21 años y como máximo 26. Como máximo estarán dos años y su objetivo individual será brillar en el segundo equipo de la marca Barça para lograr con posterioridad una salida profesional relevante.

Por ejemplo, la temporada pasada Luis Enrique pidió los siguientes futbolistas externos: el mediapunta Carlos Carmona (23 años, ex Recre), el delantero Saúl Berjón (24 años, ex Las Palmas) y Abraham Minero (24 años). Todos para dotar al equipo de mayor experencia, de mayor carácter competitivo.

Las perlas son los jugadores que están llamados a subir al primer equipo y cuyo desarrollo está más cuidado. La formación
de estos jugadores está muy estudiada. Debe seguir un proceso definido, coherente, alejado de las prisas y con unos pasos y objetivos muy marcados.

Por lo tanto, juntando a las perlas y a los vertebradores el promedio del filial azulgrana debe estar en torno a los 21 y 21,5 años.




Tres fases obligatorias


Las perlas proceden del Juvenil y se agrupan en dos bloques esenciales: juveniles totalmente formados (que entre uno y dos años deberán dar el gran salto) y juveniles de último año, que tendrán un margen de entre 1,5 y 2,5 años para confirmarse. Se les estratifica en tres fases:

Fase 1. Reserva-rotación: su única obligación es competir. No se espera de él nada determinante ni se penalizan sus errores. Se pretende que conozca el medio profesional y adquiera minutos.

Fase 2. Rotación-maduración: el jugador ya siente que forma parte permanente de la estructura y ha de tomar conciencia de que su aportación es decisiva: es corresponsable del rendimiento general.

Fase 3. Jugador clave: Esta fase define el futuro de la perla. Entra en el grupo de los jugadores más próximos al primer equipo y adquiere el status de jugador clave del ‘B’. Acumula dos fases más que la mayoría de sus compañeros por lo que tiene la obligación de tirar del equipo y garantizar su competitividad. Es responsable directo de la evolución del equipo. Ha de estar en tensión constante por si es llamado por el primer equipo. Su futuro se decide en esta fase.
Para cada una de estas fases se fija un período de entre 6 y 9 meses. El futbolista que llega al ‘B’ lo hace procedente del Juvenil, bien una vez finalizada su etapa juvenil y entonces tiene dos años para triunfar en el ‘B’; bien todavía en último año de juvenil y el período se amplía a 3 años. En cualquier caso, a los 21 se evaluará definitivamente su progresión y potencial y el posible salto al primer equipo del Barça. De no ser factible, habrá adquirido un perfil reconocible y unos valores excelentes que le permitirán proseguir su carrera profesional en otros clubes.


El gran laboratorio de I+D


Su desarrollo será equilibrado, ni demasiado deprisa, lo que sería perjudicial, ni tan lento que le hiciera acomodarse sin progreso. Si el talento es deslumbrante se pueden acelerar los plazos, pero no se evitan las tres fases. Si acaso, se reduce su duración, pero no se saltan las etapas. Es por esa razón que en ocasiones el cuadro técnico ha adoptado decisiones que parecían contradictorias, al subir y volver a bajar a futbolistas entre los distintos equipos. Pero todo ello obedece a la programación indicada y no a caprichos.

En el capítulo de los jugadores-perlas, la lista que se ha manejado en las tres últimas temporadas ha sido la compuesta por hombres como Marc Valiente, Victor Sánchez, Jeffren, Urbano, Rueda, Marc Crosas, Toribio, Pedro, Pau Torres, Oier, Iago Falqué, Alberto Botía, Bolaños, Sergio Busquets, Jonathan, Thiago Alcántara o Gai Assulin. Como es lógico, algunos de ellos alcanzaron el primer equipo (y son campeones mundiales, incluso), otros están a un paso de hacerlo; algunos llegaron y no pudieron confirmar su talento; y otros ya abandonaron el club.


El curso pasado, las perlas que manejaba el ‘B’ incluían a Miño, Fontàs, Martín Montoya, Carles Planas, Rochina, Oriol Romeu, Masip, Benítez, Bartra, Muniesa, Sergi Gómez, Albert Dalmau, Luque, Riverola y Sergi Roberto, nombres que pueblan las selecciones españolas inferiores y colaboraron poderosamente en el ascenso a Segunda División.

El proceso para todos ellos continúa imparable, incluso más fuerte que nunca a partir del nuevo organigrama técnico establecido hace unas semanas separando el fútbol profesional (incluyendo al juvenil) del formativo. Ese organigrama oficializa los planes diseñados en 2007 por Guardiola y Luis Enrique y modifica estructuralmente el concepto de la cantera en el Barça. Ya no es una bolsa de jugadores a la que acudir en caso de apuro, sino una auténtica escuela de formación, con sus planes y fases estrictamente programadas y mesurables y con sus objetivos pautados. Ahora mismo se ha convertido no sólo en un laboratorio de investigación y desarrollo avanzado, sino en la decisión estratégica más importante del Barça en la última década.



Referencias: - Artículo "La Masía, como un laboratorio" de Martí Perarnau.

1 comentario:

  1. SALES este post es muy bueno, con mucha información interesante y muchas grandes verdades.
    Soy madridista pero me jode mucho que apenas apuesten por la cantera, y ya no sólo eso, sino tampoco por jugadroes españoles de otros equipos que podrian cumplir perfectamente y estar a la altura

    Pd: lo de los vertebradores y las perlas me ha encantado eh...jejejejjejejeje

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